De vez en cuando, la vida…

De vez en cuando, la vida afina con el pincel, cantaba Serrat. Y la noche del domingo, en la sede de Izquierda Unida de Aspe, la vida se vino arriba, agarró la paleta, y se curró un cuadro de los que te emocionan al contemplarlo, quieras o no. Arrancó con una explosión de colores generada por el júbilo desbordante, los abrazos sentidos, las sonrisas que se salían de las caras, los ojos brillantes de gozo, la felicidad compartida, que es la que mejor se disfruta.

Y continuó pintando a través del discurso de un emocionado Antonio Puerto García que, con el corazón temblándole en la garganta, fue dando forma a todo aquel batiburrillo de tonalidades. Así afloró en el lienzo su inmensa satisfacción al ver reflejada la felicidad en las caras de todos los presentes, sobre todo de aquellos con los que compartió noches electorales mucho menos afortunadas, que conviene no olvidar porque es imprescindible recordar de dónde vienes y quién eres. Y apareció el desencanto que seguía a esos momentos, y su inmediata superación, ya que no alcanza su objetivo quien sólo cosecha éxitos, sino el que es capaz de levantarse y seguir peleando después de cada traspié.

Y brotaron los malos momentos, las vilezas y las malas artes de gente que difama, lincha, miente, hiere; gente a la que le puede el ansia de gobernar a cualquier precio, pisando personas, vulnerando derechos, ostentando una total ausencia de dignidad. Personajes que más que náusea provocan pena, porque jamás conocerán el éxtasis de ganar jugando limpio, como conquista cada voto Izquierda Unida.

Y emergieron las personas. Todas. Las que repartieron programas y las que los concibieron; los concejales, con el alcalde a la cabeza, que esta última legislatura han demostrado ampliamente que levantarse cada día creyendo en lo que haces y siendo fiel a tus principios, aplicando el sentido común y trabajando duro, como aprendiste de tus mayores, justifica de sobra tu compromiso; los de siempre, inaccesibles al desaliento, que no se rinden, que vigilan desde la retaguardia, que nunca te fallan; la sabia nueva, los incorporados hace menos tiempo, repletos de entusiasmo, capacidad y entrega, siempre dispuestos a arrimar el hombro; el equipo de apoyo “para todo lo que haga falta”, los interventores, los apoderados, los simpatizantes, las familias… TODOS.

La vida acabó el cuadro y lo contempló. Le faltaba algo…Fue entonces cuando lo cubrió con dos capas de barniz: uno de ilusión y otro de humildad, que son los que impregnan la labor y la entrega con que seguiremos trabajando a diario por nuestro pueblo.

GRACIAS a todos y cada uno de los que habéis depositado vuestra confianza en nosotros. Junto a ti movemos Aspe.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies